jueves, 20 de marzo de 2014

Firmar o no firmar, esta es la cuestión

Hace unos doce años se me planteó este problema cuando terminé mis primeras pinturas al óleo. Realmente mi primera duda era cómo firmar, ya que daba por hecho que la firma tenía que estar.

Me dispuse a diseñar mi firma artística, que se supiera que fuera mía, pero algo más resumido que poner el nombre y los apellidos y que fuera bonita. Esto no es tarea fácil y ningún resultado era del todo satisfactorio. Conseguí algo que podía valer, así que el siguiente paso era ponerlo en el lienzo.

 Esto tampoco resultó nada fácil. Con un pincel no se escribe como con un bolígrafo. Para que el trazo fuera fino intenté con un pincel pequeño, pero estos pinceles almacenan poca cantidad de pintura y apenas me daba para escribir una letra. Si usaba pinceles más gruesos, tenía que hacer las letras más grandes y entonces la firma era demasiado llamativa.

Además, los pinceles son para pintar haciendo un trazo en una dirección. Si quieres hacer una “e” o una “R” la propia longitud de los pelos del pincel al cambiar la dirección hacen difícil conseguir un resultado satisfactorio. Me explico un poco más, se puede hacer y hay otras cosas mucho más complejas en pintura que se resuelven bien, pero para un pintor novato, esto se puede convertir en un gran problema.

Una vez tengo mi firma artística y la pongo en el lienzo, me debato sobre si el color empleado es el más adecuado; si es demasiado claro o demasiado oscuro.

Resuelto todo esto, me percato que cuando enseño mi obra, a la gente normalmente se le va los ojos a la firma. Es como un pozo negro que llama la atención. Yo no quiero eso, quiero que la visual de espectador recorra toda la pintura y que sus ojos no vayan a reposar en la mosca – firma que está en un rincón.

Visto todo lo anterior, me replanteé todo desde el principio y pensé para qué quiero poner mi firma, si ya sé que lo he pintado yo. Si me dedicara a vender las pinturas, sí las firmaría porque pienso que el que lo compra lo hace en parte como inversión y espera que te hagas famoso y así les haces rico por poseer algo con tu firma, lo cual es perfectamente comprensible (y deseable). Pero este no es mi caso.

Ahora nunca firmo mis obras. Cuando las termino, escribo por las parte de atrás del lienzo con rotulador mi nombre y fecha. Creo que si alguna vez me dedicase a vender pinturas, pondría mi firma para satisfacer al comprador, pero mimetizada para que no se notara mucho.

Las imágenes de este artículo las puedes ver aquí

4 comentarios:

  1. Son los cuadros mas bonitos como nunca habia visto, como no vas a firmar las obras? Claro que ha de verse la firma, es parte importante de la obra.

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  2. Llegué aquí porque tenía la misma duda. Aun la tengo 😁. Y miré tus pinturas acá... Deberias firmarlas, estan bellas.

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  3. Estoy de acuerdo contigo. La obra es lo verdaderamente importante.

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  4. Existen rotuladores especiales para escribir tu firma en un lienzo. Pregunta en cualquier tienda de bellas artes.

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