sábado, 29 de marzo de 2014

Mejor me replanteo mi estrategia respecto la pintura. La importancia de la formación para aprender a pintar.

A estas alturas, junio de 2003, ya había pasado 1 año desde la primera vez que cogí un pincel para pintar al óleo. Ya había terminado 3 pinturas. Había aprendido mucho por mi cuenta a base de aplicar la metodología empírica: hago un experimento y otro y otro hasta que obtenía lo que quería (o bien sin quererlo obtenía algo que me gustaba)

Me dí cuenta que necesitaba conocimientos técnicos. Compré libros del tipo cómo pintar al óleo, ejemplos paso a paso etc. En aquellos momentos no había tanta información en internet como hay ahora. También observé obras directamente en museos y exposiciones para intentar adivinar cómo hacer las cosas.

Llegó un momento, cuando terminé mi tercera pintura, que me dí cuenta que todo eso no era suficiente. Me gustaba mucho pintar y quería seguir y profundizar, pero para ello necesitaba ir a clases, que un profesor me dijera cómo manejar los pinceles, cómo hacer las mezclas de colores, cómo aplicarlas, cómo interpretar la realidad que se ve para ponerla en el lienzo etc.

Así que en septiembre de 2003 me apunté a un taller de pinturas. Empezamos por lo básico, por dibujo con carboncillo. No sabía que los pintores utilizan un trozo de carbón para hacer el dibujo en el lienzo antes de pintar con el óleo. Pues sí, así empiezan algunos. El dibujo, ya sea con carbón, lápiz o sanguina, hace que te fijes en los detalles de las formas y se adquiere una habilidad con las manos que es útil para otras técnicas.

Es muy importante no sólo que te cuenten la teoría o cómo se hacen las cosas, sino que alguien experto que diga qué haces mal y cómo corregirlo. También es muy fructífero el contacto con otras personas que tienen tus mismos intereses. Me resultó muy curioso cómo cada uno vuelca en el dibujo o la pintura su personalidad.

Este dibujo es de mi mano; mi primer autorretrato.

Ante el dibujo de mismo motivo, algunos hacen pocos trazos pero con decisión y firmes, otros dibujan finas líneas auxiliares sobre las que van montando el dibujo, otras se paran a afinar los detalles de los objetos, otros se esmeran en las sombras etc. Si todo esto es con un dibujo, las variaciones con la pintura son enormes.


Yo pienso que la pintura es algo muy personal, en la que prácticamente no hay normas ni reglas. Pero para alcanzar esta libertad en tu estilo personal, para llegar al punto que quieres llegar y disfrutar en el proceso, creo que es muy importante tener formación teórica y práctica sobre la pintura. 

Todos los dibujos que se muestran en este artículo los he hecho yo en esa época.



martes, 25 de marzo de 2014

Tercera obra: Mujer con niño o Cómo aprender de los errores

Ya había terminado mis dos primeras pinturas al óleo. Estaba eufórico, feliz y entusiasmado cuando me dispuse a buscar qué pintar. Me atrae mucho la figura humana, los rostros, cómo en las obras famosas se transmite las emociones y casi, me atrevería a decir, los pensamientos de las personas que aparecen.

Así que, muy valientemente me dispuse a pintar copiando de una foto que me gustó. Siempre he pensado que es la Virgen María con su Hijo Jesús, aunque no aparece ningún signo divino, por lo que podría ser una madre con su hijo.

Aquí está el resultado:

Pintura oleo mujer y niño



Me llevó varios meses pintarlo. Terminé en junio de 2003, o mejor dicho, lo di por terminado.

Las partes buenas que me gustan son el gesto de calidez y ternura de la madre y algunos de los pliegues de los tejidos.

Las partes malas no las cuento porque considero que serás capaz de detectarlas por tu cuenta, pero sí te digo los errores que cometí y lo que aprendí.

Error nº 1: La pintura modelo estaba pintada con pastel. Aprendí que para pintar en óleo tenía que tomar como modelo pinturas al óleo y no las que están hechas con otras técnicas. Me di cuenta de esto cuando ya era demasiado tarde, porque me costaba mucho trabajo conseguir los colores y textura de la muestra.

Error nº 2: Pintar un rostro mirándote de frente. Es sumamente complicado dar el volumen, captar la expresión de la mirada, que ambos lados de la cara sean más o menos simétricos. Si te fijas, en rara ocasión se pintan los retratos con la cara justo enfrente mirando hacia ti. Si ves alguno de este tipo y te gusta, ten en cuenta que tiene mucho mérito.

Mi mujer dice que el niño da miedo y que parece que tiene la cara de una persona mayor. Tal vez tenga razón, pero ya me cansé de pintar capas y capas de caras y este es el mejor resultado que pude obtener. Llegué incluso a borrar toda la cara (pintándola de azul) y a comenzar de nuevo. No sé si la oreja está un poco desplazada.


Esto me hizo recapacitar sobre mi futuro en la pintura, que ya te contaré otro día.

jueves, 20 de marzo de 2014

Firmar o no firmar, esta es la cuestión

Hace unos doce años se me planteó este problema cuando terminé mis primeras pinturas al óleo. Realmente mi primera duda era cómo firmar, ya que daba por hecho que la firma tenía que estar.

Me dispuse a diseñar mi firma artística, que se supiera que fuera mía, pero algo más resumido que poner el nombre y los apellidos y que fuera bonita. Esto no es tarea fácil y ningún resultado era del todo satisfactorio. Conseguí algo que podía valer, así que el siguiente paso era ponerlo en el lienzo.

 Esto tampoco resultó nada fácil. Con un pincel no se escribe como con un bolígrafo. Para que el trazo fuera fino intenté con un pincel pequeño, pero estos pinceles almacenan poca cantidad de pintura y apenas me daba para escribir una letra. Si usaba pinceles más gruesos, tenía que hacer las letras más grandes y entonces la firma era demasiado llamativa.

Además, los pinceles son para pintar haciendo un trazo en una dirección. Si quieres hacer una “e” o una “R” la propia longitud de los pelos del pincel al cambiar la dirección hacen difícil conseguir un resultado satisfactorio. Me explico un poco más, se puede hacer y hay otras cosas mucho más complejas en pintura que se resuelven bien, pero para un pintor novato, esto se puede convertir en un gran problema.

Una vez tengo mi firma artística y la pongo en el lienzo, me debato sobre si el color empleado es el más adecuado; si es demasiado claro o demasiado oscuro.

Resuelto todo esto, me percato que cuando enseño mi obra, a la gente normalmente se le va los ojos a la firma. Es como un pozo negro que llama la atención. Yo no quiero eso, quiero que la visual de espectador recorra toda la pintura y que sus ojos no vayan a reposar en la mosca – firma que está en un rincón.

Visto todo lo anterior, me replanteé todo desde el principio y pensé para qué quiero poner mi firma, si ya sé que lo he pintado yo. Si me dedicara a vender las pinturas, sí las firmaría porque pienso que el que lo compra lo hace en parte como inversión y espera que te hagas famoso y así les haces rico por poseer algo con tu firma, lo cual es perfectamente comprensible (y deseable). Pero este no es mi caso.

Ahora nunca firmo mis obras. Cuando las termino, escribo por las parte de atrás del lienzo con rotulador mi nombre y fecha. Creo que si alguna vez me dedicase a vender pinturas, pondría mi firma para satisfacer al comprador, pero mimetizada para que no se notara mucho.

Las imágenes de este artículo las puedes ver aquí

miércoles, 19 de marzo de 2014

Mi segunda obra: Un bodegón

Finalizada mi primera experiencia con la pintura al óleo, me dispuse a iniciar un nuevo reto. Pensé algo que creía facilito: un bodegón. Busqué una foto de uno en el que aparecieran motivos variados y, ala, a pintar.

Esta vez no tenía instrucciones como la primera vez. En esa época, noviembre 2002, tampoco había tanta información disponible en internet, tutoriales, vídeos etc., como existe actualmente, así que recurrí a la inventiva y a la prueba-error-corrección. Es divertido hacer experimentos.

Una rotura fibrilar del gemelo izquierdo provocado por intentar correr más de lo que físicamente podía, hizo que, por prescripción médica, no pudiera andar en dos semanas. Esto me permitió disponer del tiempo y la tranquilidad necesaria para dedicarme a mi pintura.

Aquí está el resultado:
Primer bodegón

No está mal, ¿no?, que era mi segunda pintura. Me sorprendió el volumen y brillo del jarrón. Descubrí la dificultad de dar profundidad cuando todos los elementos están cercanos. También es complicado hacer ver que los objetos están reposando sobre una mesa o superficie y que no parezcan que están flotando en el espacio. Para ello es muy importante las sombras proyectadas, tanto sobre sí mismo como sobre otros objetos y las superficies horizontales y verticales. Cuando veo obras de pintores famosos, me doy cuenta del arte y la habilidad del pintor, pero no he llegado a comprender lo difícil que es hacer que los objetos reposen sobre una superficie hasta que he intentado hacerlo yo.

La cosa que está en medio nunca he sabido si era un pan o una calabaza. En la foto original no se veía bien, así que me limité a pintar lo mismo, aunque reconozco que es muy importante saber lo que se está pintando para que el resultado sea bueno.

viernes, 14 de marzo de 2014

Un poco de terminología: Cuadro, Obra o Pintura

Si alguna vez has pintado algo, al enseñárselo a tus amigos y familia ¿qué les has dicho? Este este es mi ... ¿cuadro? ¿pintura? ¿obra?

¿Cómo llamamos al producto de nuestra dedicación e ilusiones?

Yo entiendo por Cuadro aquello que se cuelga de la pared con fines decorativos y que normalmente incluye un marco. Son cuadros las fotos de familiares, posters y lo que compramos en la tienda de decoración que nos gusta porque es bonito. Creo que llamar cuadro al producto de nuestro trabajo es un poco despectivo, como rebajarlo un escalón.

Una Obra es aquello que tiene una intención artística, una chispa, algo que transmite sentimiento. Me gusta más este término porque independientemente del resultado y de los gustos personales, hemos puesto un entusiasmo que se merece este nombre. Bien es cierto que puede quedar un poco pomposo decir: esta es mi última Obra. A algún amigo se le puede escapar una leve sonrisa.

Para evitar esto, y según las circunstancias y el lugar, en ocasiones opto por utilizar un término más neutro y es "Pintura". Nadie puede negar que es una Pintura porque está pintado, valga la redundancia.

En este Blog yo utilizaré el término "Obra" porque es el que más me gusta, sin que ello presuponga que me refiero a "Obras de arte". También utilizaré Pintura para no repetir mucho Obra, Obra, Obra.

Primera pintura: Pinta y Colorea

Ésta es mi primera pintura al óleo. Mi mujer es la que le ha puesto el título “Pinta y Colorea” con intención irónica. Ya me he acostumbrado a este título y pienso que le pega.

Paisaje Pinta y Colorea



 Era junio de 2002. Compré un Kit en el que incluía el lienzo, las pinturas, los pinceles y las instrucciones. Los pinceles eran bastantes malos, lo cual unido a mi impericia, hacía que el resultado fuera igualmente malo. El resto de los materiales estaba bien, así que me compré un par de pinceles buenos y practiqué la mezcla de colores innovando, inventado, probando. Disfruté mucho, en parte porque no me interesaba demasiado hacer una pintura exactamente igual a la muestra. También pasé malos ratos cuando era incapaz de hacer lo que quería. Recuerdo especialmente problemático pintar las flores del primer plano. Es muy difícil pintar blanco sobre blanco y que se noten los límites de las diferentes formas. Descubrí que los blancos no son del todo blanco. Si te fijas bien, hay matices, texturas, sombras, colores reflejados de los objetos que lo rodean. Todo esto conforman diferencias en objetos que aparentemente piensas que son iguales.

Ya sé que no es ninguna maravilla, pero es lo primero que pinté y no es nada fácil. Al menos se ve la profundidad del paisaje y los claros y oscuros tienen su chispa.

La experiencia me gustó. Pensé que esto es para mí, así que planeé mi siguiente paso.