Cuando me planteo qué pintar suelo llevarme por un impulso y pinto lo que me apetece. Muchas veces para probar algo nuevo, otras porque he visto una pintura que me gusta y me apetece copiarla, ahora en formato pequeño, después en formato grande ... En la variedad está el gusto.
Nunca había pintado por encargo o porque alguien me sugeriera algún tema. Pero se acercaba el cumpleaños de mi madre, gran admiradora de mis pinturas y me pareció buena idea regalarle una hecha exprofeso.
Allí estaba yo, en la floristería seleccionando flores chulas. En mi casa les hice varias fotos, ya que con lo que tardo en pintar seguro que sus colores y sus formas iban a ir variando antes de la terminación de la obra.
Lo terminé en octubre de 2010, a tiempo para el cumpleaños.
Como regalo no está mal, no? Es uno de los pocos que tiene mi firma y no está en mi casa. Como ya expliqué antes, no me gusta firmar las obras.
Lo más complicado que recuerdo es hacer ver los pétalos individualmente ya que como tienen el mismo color se mezclaban con el pétalo de al lado y todo quedaba como una misma masa. También tiene su complejidad dar el volumen para que se entienda cada flor en tres dimensiones y la posición relativa de una respecto la otra. La personalidad de la obra está marcado por las luces, las sombras y la variedad de colores que esto produce.
Es bonito y se puede estar un rato viéndolo porque tiene muchos detalles.
Por cierto, no fue un regalo barato, que el marco y los materiales cuestan lo suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario